martes, 29 de septiembre de 2009

¡Soy del Rock!


ME pilló totalmente en fuera de juego cuando las responsables de Hemendik me ofrecieron la posibilidad de escribir esta columna. "¿Quién, yo? ¿Y de qué queréis que escriba? ¿De lo que yo quiera? Vale, vosotras veréis". Con carta blanca en la mano y tras darle unas cuentas vueltas opté por la vía más fácil. El Rock, con mayúscula. Y es que servidor es del rock de la cabeza a los pies, o por lo menos eso intenta. Si alguno de mis amigos lee esta boutade, sus risas pueden retumbar más que los goles del Athletic en San Mamés. Ojo, cuando hablo del rock no me refiero a tener el ipod lleno con lo último, ponerse una chupa de cuero y una camiseta molona de tal grupo una vez al año, aprovechando el paso por Bizkaia. No, no es esa la concepción que tiene uno del rock (mejor con roll). Para mí, es algo que va mucho más allá y en Bizkaia podemos sentirnos verdaderamente afortunados de contar con una escena alternativa real e interesante al margen de la oferta oficial. Una oferta muy por encima de la barcelonesa y sólo un punto por debajo de la madrileña. Basta con ojear cada semana las muchas y diferentes webs con lo mejor de la programación musical para comprobar que la oferta en Bilbao y alrededores, en contra de lo que muchos creen, es abrumadora. Al margen de triunfitos, macro festivales auspiciados por organismos públicos, shows en gigantescos pabellones deportivos (sí, servidor fue de los que se quedó sin ver a sus amados AC/DC), existe en el subsuelo de la villa y de la provincia una escena rockera maravillosa: Plateruena en Durango, Idaba en Zornotza, Edaska en Barakaldo, La Lola en Bilbao, nuestro querido Kafe Antzokia y jugando en diferentes ligas Santana 27 y Rock Star Live, entre otras muchas, que ofrecen cada semana una vasta programación ignorada por muchos de aquellos que sólo se preocupan de las grandes fechas. Amigos, hay más de lo que parece. De hecho, mientras servidor escribe estas líneas trata aún de recuperarse tras una nueva edición, y van 7, del Azkena Rock Festival.
Una vez más, fuimos unos cuantos miles los que acudimos a la explanada de Mendizabala en busca de medicación en forma de pildorazos rock para curarnos de esta adicción. Había todo tipo de adictos: melenudos, rockabillys, hard rockeros, punk rockers, heavys, poperos y demás fauna y de entre todos ellos no hubo quien se quedara sin su medicina. Black Crowes y Alice Cooper como cabezas de cartel, y Eli Reed y Mike Farris como secundarios, repartieron recetas para que todo el mundo volviera a casa curado de lo suyo, de su adicción al Rock, con mayúsculas.

Artículo publicado en el diario DEIA el 22 de mayo de 2009

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