martes, 29 de septiembre de 2009

Politeismos


EXISTEN en el rock dos tipos de creyentes, los monoteístas y los politeístas. Los primeros rinden culto a un único dios-artista y son fieles a él hasta la muerte. Eso sí, de ese artista, el único con el que disfrutan, lo tienen todo: centenares de casetes, cedés oficiales y piratas, directos, vinilos en diferentes versiones,chapas, camisetas, lo saben todo sobre su obra, vida y milagros y acumulan, a modo de tesoro, todas las entradas de los conciertos de ese artista a los que han acudido. De entre todas las características que identifican al monoteísta (del rock) es quizás esta última la que me mejor le define.El monoteísta se jacta, aunque ni le preguntes ni te interese, de haber visto mil veces a su dios. No sólo eso, sino que no tiene reparos en reconocer que organiza sus vacaciones para ver en el lugar que sea por enésima vez a su referente vital. Artistas de referencia para estos creyentes hay muchos pero quizás los principales tótems en torno a los que se agrupan sean U2, The Rolling Stones, Depeche Mode, Bruce Springsteen (paradigma máximo de fervor monoteísta) o Pearl Jam, entre otros muchos. Servidor, politeísta convencido, siempre ha creído que rendir devoción a un único artista debe ser algo aburrido y triste, como aburridos y tristes me parecen los monoteístas y es que ¡hace falta más diversión y existe demasiada buena música por descubrir y escuchar! En cambio, los polígamos, perdón, los politeístas, somos infieles por naturaleza. Más felices también. No tenemos que andar obsesionados con acumular todo lo relacionado con un único artista ni nos interesa pasar una noche en vela en la calle sólo por estar en primera fila de uno de los shows del ídolo de turno. Tampoco nos pasamos las 24 horas del día pensando en él. Sí, creyentes somos pero no somos capaces de comprometernos con un único dios. Es más divertido rezarle un día a Keith Richards, otro a Dylan, otro día echarle unos rezos a Lennon mientras piensas en los milagros de SanRoger McGuinn o en la obra delmártir Bon Scott. Ser politeísta molamucho más.Creer en un único dios lleva en muchas ocasiones a no ser lo suficientemente crítico con el trabajo de nuestro artista referencia y eso es algo que ocurre demasiadas veces. Sí, definitivamente prefiero ser politeísta. De hecho mientras escribo esta líneas conAC/DC sonando a todo trapo, sigo dándole vueltas al magnífico show que mi dios Neil Young ofreció el pasado domingo en Donostia. Un momento. ¿No he dicho que no creo en un solo dios? Vaya, creo que tendré que hacer una revisión completa de mis principios.

Artículo publicado en el diario DEIA el 8 de junio de 2009

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